lunes, 31 de octubre de 2011

Doping

Consumo de sustancias o productos y utilización de métodos con el fin de aumentar o mejorar, de forma no natural y provisional, el rendimiento del individuo. Este término se utiliza especialmente en el ámbito del deporte, donde su definición debe añadir la característica de “ilícitos” a los productos consumidos y a los métodos utilizados. Debido al creciente grado de competitividad y a la frecuencia de las competiciones de alto nivel, el dopaje se ha convertido en una de sus mayores lacras. El uso de sustancias dopantes es peligroso para la salud de los deportistas e incumple las más elementales normas de ética deportiva. Por ello, muchos organismos nacionales e internacionales han tomado medidas preventivas para evitarlo, como la elaboración de listas de productos prohibidos. Sin embargo, el contenido de éstas varía según los países, las federaciones y las instancias de cada deporte que las redactan. El Comité Olímpico Internacional (COI) se ha encargado de establecer unas normativas generales y unas categorías de productos dopantes comunes.



Existen distintos tipos de sustancias y métodos de dopaje. La lista de sustancias prohibidas incluye estimulantes, narcóticos, esteroides anabolizantes, diuréticos y hormonas peptídicas y glicoproteicas. Los métodos prohibidos son el dopaje sanguíneo o por transfusión (reinyección de sangre, previamente extraída al atleta antes del esfuerzo, con el fin de incrementar la producción de glóbulos rojos, que fijan el oxígeno, y mejorar así su resistencia), y las manipulaciones farmacológicas, químicas y físicas, entre ellas la toma de diuréticos u otros productos que camuflan en la orina los residuos de las moléculas dopantes tomadas. En otra larga lista figuran sustancias restringidas, como el alcohol, la marihuana, los anestésicos locales, los corticoides y los betabloqueantes.

Al margen de la valoración ética del dopaje, éste tiene consecuencias a menudo muy graves para la salud de los atletas, que corren el riesgo de sobrepasar los límites fisiológicos y de padecer importantes efectos secundarios, tales como problemas cardiovasculares, tensión arterial anormalmente baja o alta, hemorragias internas, desequilibrios endocrinos, lesiones musculares, coma hipertérmico o psicosis paranoide. Hormonas como la testosterona, por ejemplo, provocan una masculinización irreversible y pueden ser cancerígenas; la eritropoyetina, cada vez más empleada por su efecto estimulante sobre la capacidad de oxigenación de la sangre, modifica la viscosidad sanguínea y provoca graves accidentes cardiacos y circulatorios. En cuanto a los corticoides, fragilizan la estructura ósea y favorecen la diabetes.

El análisis de orina es el principal método institucional de control antidopaje para revelar y, en su caso, sancionar la presencia de sustancias dopantes en los deportistas. Ha demostrado ser eficaz en la detección de sustancias exógenas que el cuerpo humano no es capaz de sintetizar, como la mayoría de los estimulantes, narcóticos, esteroides, anabolizantes y diuréticos. Sin embargo, el análisis de orina no precisa la dosificación de las sustancias endógenas y resulta totalmente ineficaz en el dopaje efectuado por autotransfusión de sangre. La clasificación del COI permite el uso limitado de sustancias corrientes (como la cafeína, el alcohol, determinados anestésicos o antiinflamatorios), que también supone dopaje si el deportista sobrepasa el umbral de uso permitido. Debido a los controles antidopaje, cada vez más frecuentes, los deportistas que se dopan prefieren usar productos hormonales (corticoides, esteroides, testosterona o dihidrotestosterona), existentes ya en el organismo y cuya concentración es difícilmente cuantificable en el análisis. Frente al creciente uso de productos y número de métodos dopantes en los deportes de alto nivel, los gobiernos organizan campañas de prevención dirigidas a las federaciones y a los jóvenes deportistas, informándolos de los peligros físicos y de las sanciones, cada vez más severas, a las que se exponen. Además, en las competiciones se han sistematizado los controles, que incluso pueden realizarse sin previo aviso.




Estimulantes Quimicos

La Cocaina(coca, perico, farlopa, etc.) es un estimulante del SNC, que actúa modulando la Dopamina, y un alcaloide, parecido a los alcaloides de las plantas alucinógenas como la belladona, beleño, mandrágora, etc., aunque diferente en cuanto a su acción fisiológica y psicológica, que se obtiene de la planta de coca (kuka, en quechua), cultivada sobre todo en América del Sur, así como en la isla de Java y en la India. Sus hojas se mastican como estimulante para resistir diferentes males, incluido el mal de altura. Existen unas 200 variedades, aunque sólo unas cuatro producen dicho alcaloide.
Se usa desde finales del siglo XIX como anestésico en clínicas alemanas, sobre todo en intervenciones oftalmológicas. Y en algunos países se ha usado como anestésico local en varias cirugías, y como ingrediente básico de tónicos y elixires. Ha gozado, y sigue teniendo, gran popularidad, sobre todo entre la población adinerada actual. Sin embargo, no es una droga nueva. Existe desde hace más de 100 años. Se vende en el mercado negro en forma de polvo blanco, fino y cristalino, casi siempre o mejor dicho siempre adulterado, con otros productos como la maicena, talco o azúcar, lo que supone un riesgo para la salud. Y existen dos formas de cocaína: sal de hidroclorato y cristales de cocaína (lo que se conoce como crack o la droga de los pobres).
El consumo regular de cocaína crea sobre todo dependencia psicológica y aumenta el riesgo de sufrir trombosis y derrames cerebrales, al igual que infartos de miocardio. Asimismo, acelera la arterioesclerosis y provoca cuadros psióticos, con sintomatología alucinatoria, en la que destacan las llamadas alucinaciones liliputienses o visión de pequeños individuos. También produce esquizofrenia paranoide y depresión. Su uso continuo, cuando se aspira o esnifa, puede llegar a perforar el tabique nasal. Por otro lado, no están probados sus efectos afrodisícos, como se cree, y si bien puede aumentar el apetito sexual, aunque por lo demás anula la sensación de hambre, sed, frío y fatiga, también puede provocar impotencia.

Asimismo, activa el sistema simpático, que mantiene al organismo en estado de alerta, así como el hipotálamo, que se ocupa de regular el sueño, la temperatura del cuerpo y las reacciones de cólera y miedo.

En un primer momento, la cocaína resulta muy estimulante, con aumento de presión, pulso acelerado, convulsiones, pero luego, y en dosis elevadas, puede producir subestimulación, con parálisis muscular, pérdida de reflejos y conciencia, dificultades respiratorias y parada cardíaca.


El empleo crónico -incluso en dosis moderadas- acelera el envejecimiento de la piel, de un modo similar al producido por largas exposiciones al sol, así como descalcificación. Diluida en agua, después de las comidas, fue recomendada por Freud, adicto a esta sustancia, para combatir el ardor de estómago. "La cocaína -escribió el doctor Freud- es un estimulante más vigoroso y menos dañino que el alcohol".
En dosis pequeñas, convenientemente espaciadas, produce euforia y vigor, mientras que en dosis altas crea desasosiego y malestar físico, en forma de calor y sudoración súbita, sequedad de boca, sensaciones de agarrotamiento muscular, rechinar involuntario de dientes, verborrea, fuga de ideas e irritabilidad.
La inyección intravenosa de cocaína actúa casi instantáneamente. De ahí que, en la mayoría de los casos, quienes se inyectan cocaína, emplean también opiáceos o tranquilizantes.

Como curiosidad, cabe decir que la primera receta de Coca-Cola contenía extractos de hojas de coca, pero al descubrirse el potencial adictivo de la sustancia, se sustituyó el contenido de coca por cafeína.


El "crack" (también llamado piedra, por el ruido peculiar que emiten sus piedras al ser calentadas por una llama) es un derivado de la cocaína, del resultado de hervir clorhidrato de cocaína en una solución de bicarbonato de sodio, que da una pasta amarillenta, que se endurece como “roca” al enfriarse. Posee un alto grado de impurezas. Se suele aspirar, una vez calentado en papel de aluminio, y procura sensaciones de euforia, pánico, insomnio y dependencia psicológica.

Debido a la rapidez de los efectos, casi inmediatos, aunque relativamente breves (elevación de la autoestima y la confianza en uno mismo, excitación y extrema irritabilidad), y porque resulta mucho más barato que la cocaína, se hizo muy popular en la década de los 80 entre aquellos que no podían pagarse la cocaína. Sus efectos secundarios son muy similares a la farlopa. Puede producir, entre otros, impotencia, daños en el cerebro y pulmones.
Y en cuanto a los trastornos psicológicos, cabe señalar la depresión, así como cuadros psicóticos y esquizofrénicos. 



La anfetaminas o anfetas son derivados químicos de la efedrina (alcaloide vegetal) -sintetizadas por primera vez a finales del siglo XIX-, y potentes estimulantes del SNC, que ayudan a mejorar la vigilia, aumentan los niveles de alerta y la capacidad de concentración. Asimismo, favorecen la atención y la memoria. De forma que permiten pasar largas noches y días sin dormir, con el consiguiente cansancio que lleva a ataques de ansiedad y aun a crisis de paranoia. Por esto se habla del síndrome de psicosis anfetamínica, similar a la psicosis cocaínica o a la esquizofrenia paranoide, con cuadros delirantes.
Además de potenciar el SNC, a través de la activación de determinados neurotransmisores como noradrenalina (NA) y dopamina (DA), también tiene una acción sobre la serotonina, aunque relativamente más débil. Asimismo, activan el SNS (sistema nervioso simpático), con efectos adrenérgicos, que se traducen en un aumento en la actividad motriz y en una resistencia a la fatiga.
Comienzan a usarlas, a principios del siglo XX, sobre todo los militares para combatir la fatiga e incrementar la alerta. Aunque también han sido muy empleadas por estudiantes para rendir en los exámenes, o por deportistas, incluso de élite, para mejorar en lo físico, vésase el dopaje deportivo, y aun en casos de obesidad, con el fin de adelgazar. Por tanto, funcionan como anorexígenos o fármacos que reducen el apetito.

Las anfetas, en definitiva, han sido utilizadas para tratar una gran variedad de trastornos, entre otros, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad o la obesidad.

Estimulantes Vegetales

Pese a la presencia, en el té, de cafeína y teofilina, su efecto excitante es bajo, porque la infusión se suele tomar poco concentrada.

El café, el té, el mate, la cola, el cacao, el betel y la coca son plantas que crecen en muchas partes del mundo. A pesar de que algunas de estas plantas suelen consumirse repetidas veces al día durante buena parte de la vida, son sustancias tóxicas que poseen efectos secundarios.
Los efectos de la intoxicación crónica se pueden observar en los catadores de té. Tanto los catadores británicos como los hindúes padecen cirrosis, agitación, angustia, temblores, insomnio, náuseas y vómito.
El cacao era consumido por los aztecas debido a su contenido de cafeína y de teobromina. Sin embargo, los chocolates actuales no suelen contener estos alcaloides.
El consumo abusivo de café puede causar hipertensión y gastritis, sin contar con que también contiene alquitranes cancerígenos.

Aunque los estimulantes vegetales son considerados inocuos, conviene moderar su consumo ya que se trata de sustancias tóxicas susceptibles de producir efectos secundarios nocivos.
El cafeto proviene de Etiopía, el origen del té parece encontrarse en China y el del cacao en áreas muy restringidas de América.

La leyenda sobre el descubrimiento del café proviene de Arabia: Kaldi el pastor observó que después de haber comido las cerezas del cafeto, sus cabras retozaban con más brío que de costumbre, parecían más activas, más contentas. Kaldi también probó los frutos de la planta e inmediatamente lo embargó la euforia, se puso a bailar y aquella noche durmió menos que de costumbre. Kaldi compartió su hallazgo con uno de sus vecinos, un ferviente seguidor del Corán. Éste obtuvo los mismos resultados y recibió de Mahoma el secreto para preparar café a partir de los granos secos de la fruta.

La leyenda sobre el origen del té proviene del Japón: Daruma, fundador del Budismo Zen, solía pasar las noches entregado al ayuno y la oración. Cierta noche no pudo resistir el sueño y cuando despertó, estaba tan molesto y decepcionado de sí mismo que se arrancó los párpados y los arrojó al suelo. Inmediatamente brotó de ellos el arbusto de té cuyas hojas han permitido a los monjes conservar el espíritu libre para la meditación desde aquel entonces.

El consumo del chocolate surgió en el México prehispánico: Obsequiar a alguien una jícara de xocoatl sobre un rodete cubierto con piel de jaguar era visto como muestra del más alto respeto. Aztecas, mayas, mixtecas y zapotecas ofrecían a sus señores esta bebida hecha a base de cacao, endulzada con miel y aromatizada con vainilla. Los buenos bebedores tenían por costumbre hacer batir el chocolate y tomarlo mientras conservaba la espuma.

LA CAFEÍNA

La cafeína es una sustancia que existe naturalmente en ciertas plantas o se produce sintéticamente y se usa como aditivo en ciertos productos alimenticios. Es igualmente diurética y estimulante del sistema nervioso central.
La cafeína se encuentra no sólo en el café, sino en algunos tés, en el chocolate, en la nuez de kola , en varios medicamentos.

Funciones   


La cafeína se absorbe y distribuye muy rápidamente. Después de la absorción, pasa al cerebro. La "sensibilidad a la cafeína" se refiere a la cantidad de cafeína que produce efectos secundarios negativos y que varía de persona a persona.
La cafeína no se acumula en el torrente sanguíneo, ni el organismo la almacena, sino que se excreta en la orina, muchas horas después de consumida.
La cafeína no disminuye los efectos del alcohol, aunque muchas personas todavía creen que una taza de café "le devuelve la sobriedad" a una persona ebria.
La cafeína puede emplearse en el tratamiento de los dolores de cabeza migrañosos y para aliviar, durante poco tiempo, la fatiga o la somnolencia.

Fuentes alimenticias   
La cafeína se consume ampliamente y se encuentra en forma natural en las hojas, semillas y frutos de más de 60 plantas, entre las que se pueden mencionar, hojas de té, nueces de cola, café y granos de cacao. También se encuentra en el café, té, chocolate, cacao y muchas bebidas carbonatadas, como las colas.
A menudo, se añade la cafeína a medicamentos que no necesitan receta médica, como analgésicos, supresores del apetito y medicamentos para el resfriado. La cafeína no tiene sabor y puede separarse de un alimento por medio de un proceso químico llamado descafeinización.

Mecanismo de acción

La cafeína se consume en múltiples alimentos y bebidas. En usos terapéuticos puede administrarse en forma oral o en inyección intravenosa. Es un estimulante del sistema nervioso central que actúa después de 5 minutos de su ingestión aumentando la actividad cerebral y reduciendo la vigilia.

La cafeína se vende bajo diversas marcas comerciales (Cafeaspirina®, Saridón®) recomendada para contrarrestar la fatiga, para tratar la migraña y algunos otros tipos de cefalea. En conjunción con analgésicos hace que éstos trabajen mejor. Por su capacidad para estimular la respiración también es recomendada en el tratamiento de la apnea en los recién nacidos y como antídoto para la depresión respiratoria en sobredosis de heroína y otros psicoactivos opiáceos.

Dosificación
Una taza de café puede contener entre 60 y 110 mg de cafeína, una taza de té entre 10 y 90 mg, una de chocolate entre 5 y 40 mg y las bebidas de cola 35 mg. Una barra de chocolate de 50 gramos tiene entre 10 y 60 mg de cafeína. Las píldoras de uso terapéutico contienen entre 30 y 65 mg, mientras que en el mercado negro suelen circular las llamadas "pastas para mantenerse despierto" que llegan a tener entre 100 y 200 mg. La dosis letal de cafeína es de 5,000 mg, el equivalente a 40 tazas cargadas de café consumidas en un periodo excesivamente corto de tiempo.

Consumir entre 75 y 150 mg de cafeína eleva la temperatura, el ritmo respiratorio y el nivel de ácido gástrico en el estómago. Cantidades más altas en el torrente sanguíneo pueden producir ansiedad, irritabilidad, insomnio, sudoración, taquicardia y hasta diarrea.
El uso prolongado de más 650 mg diarios de cafeína, equivalentes a ocho o nueve tazas de café al día pueden ocasionar úlceras gástricas, incremento en el nivel del colesterol, insomnio crónico, ansiedad y depresión permanentes. Este tipo de consumo también parece estar asociado con disfunciones cardíacas y la aparición de ciertos tipos de cáncer asociados a los alquitranes del café.
No se han detectado malformaciones genéticas debido a su uso, sin embargo se sabe que el café puede disminuir la probabilidad de embarazo, aumentar el riego del aborto espontáneo y de bebés con bajo peso.

Efectos secundarios   


El consumo excesivo de cafeína puede llevar a que se presenten ritmo cardíaco rápido, diuresis (excreción excesiva de líquidos), náuseas y vómitos, intranquilidad, ansiedad, depresión, temblores y dificultad para dormir.
El efecto de la cafeína en la salud se ha estudiado ampliamente. En particular, se han examinado cuidadosamente los efectos de la cafeína en la enfermedad fibroquística de las mamas, la enfermedad cardiovascular, los defectos de nacimiento, la función reproductora y el comportamiento de los niños y se los ha vinculado con algunos, pero no con todos.
En 1984, en una declaración del Concejo de la Asociación Médica Estadounidense sobre Asuntos Científicos (American Medical Association Council on Scientific Affairs), se afirmó que los "bebedores moderados de té o café probablemente no tienen que preocuparse por su salud en relación con el consumo de cafeína, con tal de que los demás hábitos de su estilos de vida (dieta, consumo de alcohol), sean moderados también". Esta declaración hace énfasis en el uso moderado de la cafeína.
Dejar la cafeína en forma abrupta puede causar dolores de cabeza, somnolencia, irritabilidad, náuseas, vómitos y otros síntomas, por lo que se recomienda reducir gradualmente su consumo para prevenir cualquier síntoma a causa del síndrome de abstinencia.

Recomendaciones   

El ser humano no requiere del consumo de cafeína en la dieta; sin embargo, su consumo moderado no está asociado con ningún riesgo para la salud. Tres tazas de café de 235 ml -8 onzas- (250 miligramos de cafeína) por día, se consideran una cantidad moderada o promedio de cafeína y 10 tazas de 235 ml (8 onzas) se consideran un consumo excesivo.
Se le debe prestar mucha atención al consumo de cafeína en un niño, ya que aunque la cafeína no reviste peligro si se la consume con moderación, sí puede perjudicar la nutrición del niño. Las bebidas cafeinadas pueden estar reemplazando alimentos altamente nutritivos, tales como la leche. Además, un niño puede comer menos debido a que la cafeína actúa como un supresor del apetito. La cafeína puede restringirse por completo en la dieta del niño, ya que no existen requerimientos nutricionales de la misma. La restricción podría ser necesaria en un niño hiperactivo, debido a que es un estimulante.
El médico debe aconsejar a las mujeres embarazadas y a las personas con cardiopatía coronaria o úlceras pépticas para que disminuyan o eviten el consumo de cafeína.
Muchos medicamentos interactúan con la cafeína. Se debe consultar con el médico o el farmaceuta sobre las posibles interacciones con la cafeína al ingerir medicamentos.

Mediante el uso continuo puede ser adquirida una leve tolerancia a la cafeína. Esta droga provoca dependencia física. En la literatura médica se consigna que dosis mayores a los 350 mg diarios de cafeína consumidos durante un mes pueden provocar la aparición de un síndrome de abstinencia, por lo que en usos terapéuticos los médicos recomiendan reducir gradualmente el consumo. El síndrome se manifiesta por irritación, cansancio, depresión y somnolencia. No es grave y desaparece en pocos días.

Intoxicación por cafeína :


La intoxicaciones fatales con cafeína son raras. Grandes dosis, especialmente cuando son consumidas por sujetos no habituados o sensibles, pueden producir dolores de cabeza, taquicardia, convulsiones y eventualmente delirios. Una crisis cercana a la dosis letal debe considerarse como urgencia médica ya que tiene manifestaciones similares a las de un diabético privado de insulina que ocasionan altos niveles de azúcar en la sangre.

Diferencia Droga y Medicamento

Una droga, fármaco o medicamento es cualquier sustancia con capacidad de alterar un proceso biológico o químico en un organismo vivo con un propósito no nutricional. Son ejemplos de sus innumerables usos, el alterar intencionalmente la conciencia, caso en el que se denomina mejor como sustancia psicoactiva; combatir una enfermedad, aumentar la resistencia física o modificar la respuesta inmunológica. Popularmente, el término droga suele utilizarse preferencialmente para referirse a las de uso ilegal y que producen psicoactividad. Para las de uso médico es más común el término fármaco, medicamento, droga medicinal o simplemente remedio.

El concepto farmacológico y médico de la palabra droga es cualquier sustancia química capaz de modificar el funcionamiento de un ser vivo. Este concepto se refiere a que la modificación puede ser perjudicial o beneficiosa para el ser vivo, y que depende del tiempo de administración y de la dosis y de las características del propio ser. Paracelso decía en 1500 que todas las sustancias son venenos. Para él, la diferencia entre un veneno y un medicamento era la dosis, es decir que un medicamento administrado en dosis excesivas y durante un tiempo inadecuado se convierte en un factor perjudicial que puede llevar a la muerte de la persona.


Condiciones para que una sustancia sea considerada "Droga"

Para que una droga sea considerada como tal ha de cumplir las siguientes condiciones:

* Ser sustancias que introducidas en un organismo vivo son capaces de alterar o modificar una o varias funciones psíquicas de éste (carácter psicótropo o psicoactivo)
* Inducen a las personas que las toman a repetir su autoadministración por el placer que generan
* El cese en su consumo puede dar lugar a un gran malestar somático o psíquico (dependencia física o psicológica)
* No tienen ninguna aplicación médica y si la tienen, pueden utilizarse con fines no terapéuticos


Las drogas han sido clasificadas según múltiples sistemas de categorización, predominando, en la actualidad, las clasificaciones en función de sus efectos farmacológicos. Entre los diferentes tipos de clasificación empleados a lo largo del tiempo destacan los siguientes:

* Clasificación de las drogas según sus efectos sobre el sistema nerviosos central
* Drogas duras y drogas blandas
* Drogas legales e ilegales


Un MEDICAMENTO es un fármaco, principio activo o conjunto de ellos, integrado en una forma farmacéutica y destinado para su utilización en las personas o en los animales, dotado de propiedades para prevenir, diagnosticar, tratar, aliviar o curar enfermedades o dolencias o para afectar a funciones corporales o al estado mental

Fármacos en el Sistema Nervioso Central

  • Neurotransmisores centrales
  • Anestésicos generales
  • Anestésicos locales
  • Hipnóticos y sedantes
  • Antipsicóticos
  • Antidepresivos
  • Ansiolíticos
  • Antiepilépticos
  • Antimigrañosos
  • Anti-Parkinsonianos
  • Analgésicos opiáceos
  • Tratamiento del Alzheimer
 


Tipos de Fármacos

  • Fármacos Sintéticos
Los fármacos sintéticos son los que se producen íntegramente en el laboratorio lo cual se realiza mediante los rastreos farmacológicos (modificaciones que se van haciendo en el ordenador), por ejemplo las fluoriquinonas y las sulfamidas.


  • Fármacos Antimicrobianos
Fármacos que destruyen o inhiben el crecimiento de microorganismos.


  • Fármacos Naturales
Los fármacos naturales son los cuales han sido obtenidos directamente de la naturaleza, por ejemplo la morfina.

Principio Activo

Los pricipios activos son la sustancia a la cual se debe el efecto farmacológico de un medicamento, y su uso se remonta a la prehistoria, en un principio eran hierbas y sustancias naturales, luego en los últimos siglos se fue ron aislando sus compontentes de las plantas, y en el siglo XX se logró identificar la estructura de muchas de ellas. La actividad de un principio activo varia debido a la naturaleza de estos, pero siempre está relacionado a la cantidad ingerida o absorbida
Esta sustancia con actividad farmacológica extraída de un organismo vivo. Una vez
purificada y/o modificada químicamente, se le denomina fármaco.


Nomenclatura
El nombre que se da a un principio activo no tiene necesariamente relación con su estructura química, tambien dos principios activos pueden tener nombres muy similares y ser de uso completamente diferentes, por lo que para su estudio se debe conocer la estructura química, ya que muchas compuestos de estructura similar tienen efectos farmacológicos similares, y efectos secundarios similares.
Un medicamento puede tener como principio activo elementos puros, compuestos
inorgánicos, o compustos orgánicos como los siguientes:
Un elemento natural (de la tabla periódica), como ser el magnesio,
Un compuesto inorgánico (una molécula formada por varios átomos) inorgánico como: Un oxido metálico: Oxido de Zinc, Oxido de Hierro. Un óxido ácido, Puede ser un hidróxido: Como el hidróxido de aluminio Al(OH)3. Puede ser un ácido, Una sal: Como el cloruro de sodio (NaCl) o sal de mesa, El Bicarbonato de sodio o Na(CO)3, Carbonato de litio.
Aunque en su mayoria son compuestos orgánicos:
Un alcaloide: Como la vincristina, la vinblastina, etc.
Un carbohidráto: Oligosacáridos (Glicerina, Sacarosa, glucosa, maltosa), Polisacáridos:
celulosa, almidón, etc.
Un Hidrocarburo: Compuestos alifáticos, ácido carboxílico (Acido acético), esteres, éteres
(como las perlas de eter), aromáticos (como el fenol).

sábado, 29 de octubre de 2011

Fármacos

Los fármacos son productos químicos que se emplean en el tratamiento, diagnóstico o prevención de enfermedades. La farmacología es la ciencia que estudia la preparación, propiedades, acción, distribución y eliminación de los fármacos en el cuerpo humano.

Los fármacos han sido utilizados desde la prehistoria. Las civilizaciones de la antigua India, China, el Mediterráneo y Oriente Próximo descubrieron y emplearon gran número de plantas medicinales y minerales, entre las que se cuentan algunas, como la ipecacuana, que se siguen utilizando hoy día. La primera relación de fármacos con instrucciones para su elaboración, o farmacopea, apareció en la actual ciudad alemana de Nuremberg en 1546. Sin embargo, el estudio de los fármacos, la farmacia, no cobró vigencia como profesión independiente hasta el siglo XVII. Gracias a las investigaciones realizadas durante el siglo XX se han descubierto gran número de fármacos que han supuesto una verdadera revolución en la práctica de la medicina.

Los fármacos pueden elaborarse a partir de plantas, minerales, animales o mediante síntesis. Muchos medicamentos tradicionales se pueden extraer de las plantas, como el ácido acetilsalicílico que se obtiene a partir de la corteza del sauce, la digital de la planta digital común, la quinina de la corteza del árbol de la quina, o la reserpina que se obtiene de la raíz de la especie Rauwolfia serpentina. Entre los productos minerales que se utilizan como medicamentos están el ácido bórico, la sal de Epsom y el yodo. Algunas hormonas que se emplean en el tratamiento de ciertos procesos, como la ACTH y la insulina, se obtienen a menudo de los animales. Muchos analgésicos, sedantes, psicofármacos y anestésicos de reciente aparición, así como otros productos que antes se obtenían de los animales, se sintetizan de forma artificial en el laboratorio.