Los fármacos son productos químicos que se emplean en el tratamiento, diagnóstico o prevención de enfermedades. La farmacología es la ciencia que estudia la preparación, propiedades, acción, distribución y eliminación de los fármacos en el cuerpo humano.
Los fármacos han sido utilizados desde la prehistoria. Las civilizaciones de la antigua India, China, el Mediterráneo y Oriente Próximo descubrieron y emplearon gran número de plantas medicinales y minerales, entre las que se cuentan algunas, como la ipecacuana, que se siguen utilizando hoy día. La primera relación de fármacos con instrucciones para su elaboración, o farmacopea, apareció en la actual ciudad alemana de Nuremberg en 1546. Sin embargo, el estudio de los fármacos, la farmacia, no cobró vigencia como profesión independiente hasta el siglo XVII. Gracias a las investigaciones realizadas durante el siglo XX se han descubierto gran número de fármacos que han supuesto una verdadera revolución en la práctica de la medicina.
Los fármacos pueden elaborarse a partir de plantas, minerales, animales o mediante síntesis. Muchos medicamentos tradicionales se pueden extraer de las plantas, como el ácido acetilsalicílico que se obtiene a partir de la corteza del sauce, la digital de la planta digital común, la quinina de la corteza del árbol de la quina, o la reserpina que se obtiene de la raíz de la especie Rauwolfia serpentina. Entre los productos minerales que se utilizan como medicamentos están el ácido bórico, la sal de Epsom y el yodo. Algunas hormonas que se emplean en el tratamiento de ciertos procesos, como la ACTH y la insulina, se obtienen a menudo de los animales. Muchos analgésicos, sedantes, psicofármacos y anestésicos de reciente aparición, así como otros productos que antes se obtenían de los animales, se sintetizan de forma artificial en el laboratorio.
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